¿Debemos hablar de tetas en el trabajo? Es una conversación importante, y ya va siendo hora de que la tengamos. Al igual que hablamos de otros temas relacionados con la salud en el lugar de trabajo, la salud de las mamas no debería ser diferente. Teniendo en cuenta las estadísticas, es probable que todas nos enfrentemos al cáncer de mama de alguna manera. Una de cada ocho mujeres será diagnosticada de cáncer de mama a lo largo de su vida. Así que, tanto si eres tú quien recibe el diagnóstico, como si conoces a una compañera o a un familiar al que le han diagnosticado la enfermedad, ignorar el hecho de que el cáncer de mama existe no hace que desaparezca. Esconder el tema bajo la alfombra crea barreras innecesarias para quienes atraviesan uno de los momentos más difíciles de su vida.
Las empleadas no deben sentir que tienen que ocultar un diagnóstico de cáncer de mama
Hablar de pechos, o más concretamente de salud mamaria, en el lugar de trabajo es esencial. No se trata de ser indiscreto o inapropiado. Se trata más bien de fomentar un entorno abierto en el que los empleados no se sientan obligados a ocultar sus problemas de salud. No rehuimos la salud del corazón, ¿verdad? Entonces, ¿por qué elegimos de qué partes de la anatomía se puede hablar y de cuáles no?
Durante mi viaje con el cáncer de mama, elegí la transparencia. No siempre fue fácil, e incluso causó cierta incomodidad en otras personas. Recuerdo perfectamente haber compartido la noticia de mi diagnóstico con un cliente. Sí, estaba emocionada y, durante la llamada, el cliente declaró su apoyo a mi situación. Incluso me obsequiaron con una de esas cestas de regalo de "lo has conseguido". Dos semanas después me informaron de que se iban con otra agencia de relaciones públicas. El otro día hablaba con una amiga cuyo marido acaba de someterse a un tratamiento contra el cáncer. Al igual que yo, quería trabajar durante el tratamiento. Le da una sensación de arraigo y normalidad en una situación completamente fuera de su control. Sin embargo, en un momento dado, se esforzaba por cumplir un plazo mientras lidiaba con los efectos secundarios de la quimioterapia (una "baja" de quimio, por cierto, suele durar unos días). La respuesta de su jefe: "Me da igual. Cumple el plazo o vete".
Un entorno en el que los empleados se sientan seguros, escuchados y apoyados para hablar de tetas en el trabajo.
No sabemos qué batallas está librando la gente, especialmente en lo que respecta a la salud. Como directivo, es su responsabilidad crear un entorno en el que su equipo se sienta seguro, escuchado y apoyado. La verdad es que el cáncer de mama no discrimina. No le importa la edad, el cargo, el plazo de trabajo o lo incómodos que puedan sentirse los demás con el tema. Ni siquiera le importa tu sexo. Los hombres también pueden padecer cáncer de mama.
Es hora de que cambiemos la narrativa. De dar la cara por nuestras compañeras y crear una cultura que no rehúya las realidades porque puedan parecer desalentadoras. Creemos un espacio en el que la concienciación sobre la salud de la mama en el lugar de trabajo pueda conducir a una detección precoz, y mantengamos un diálogo abierto sobre lo que nuestras compañeras, especialmente las afectadas por un diagnóstico de cáncer de mama, pueden necesitar, porque nadie debería recorrer este camino solo.
Hablar abiertamente de salud mamaria en el trabajo puede salvar vidas
Recuerde que ser proactivo incluye promover la concienciación sobre los senos y el cuerpo, hacerse autoexámenes y someterse a pruebas de detección. Significa fomentar sesiones de intercambio de conocimientos sobre la salud mamaria para todos los empleados, hombres, mujeres y transexuales. Cuando el cáncer de mama se detecta precozmente, las tasas de supervivencia son altas, las opciones de tratamiento son mayores y las exigencias para la persona y su familia son menores. Si está interesado en adoptar un programa de concienciación sobre la detección precoz del cáncer de mama en el lugar de trabajo, puede considerar la posibilidad de invertir en Conozca sus limones en el trabajo.
Mi última reflexión para los directivos que se enfrentan a este problema es que tengan el valor de afrontar estos temas sin rodeos. Un diálogo abierto y honesto sobre la salud de la mama transmite el mensaje de que el cáncer de mama, o cualquier otro problema de salud, no hace que una empleada sea menos valiosa o menos capaz. Todos tenemos un papel que desempeñar en la creación de un mundo profesional más sano y solidario. Así pues, demos un paso al frente e iniciemos la conversación. El impacto de esta acción resonará más lejos y más ampliamente de lo que puedas imaginar.