Recuerdo que llegué a casa después de operarme de una mastectomía, un poco colocada y muy desconcertada. Era mi primera operación y no sabía qué esperar. Sabía aún menos sobre la recuperación. Gracias a Dios, había otras mujeres que habían pasado por lo mismo antes que yo y que estaban ahí para ayudarme. Tuve que lidiar con el "dolor en los costados" de los drenajes, pero también con una extraña opresión en el pecho, como si llevara una prenda invisible que me oprimía. Desde entonces sé que se trata de un fenómeno llamado "sujetador de hierro".
Daños nerviosos y sujetador de hierro
En la base de la sensación de "sujetador de hierro" se encuentran los intrincados cambios fisiológicos que se producen durante y después de la mastectomía. La extirpación del tejido mamario, unida a la extracción de los ganglios linfáticos cercanos, crea un vacío en el organismo. Esta alteración repentina altera el equilibrio natural de los tejidos y nervios que discurren bajo las costillas, lo que provoca sensaciones de tirantez y malestar. Una mastectomía es una cirugía mayor y una amputación de partes del cuerpo, por lo que el trauma quirúrgico infligido al cuerpo también desencadena una cascada de respuestas inflamatorias, exacerbando aún más la sensación de constricción.
Las lesiones nerviosas contribuyen en gran medida a la tirantez que se experimenta tras una mastectomía. Durante la intervención quirúrgica, los nervios de la zona del pecho y las mamas pueden resultar inevitablemente lesionados o seccionados, lo que altera su funcionamiento normal. Cuando los nervios intentan regenerarse y volver a conectarse, pueden producir sensaciones anormales, como tirantez, hormigueo, entumecimiento e incluso dolor nervioso. A día de hoy, tengo limitada la sensibilidad en el pecho y las axilas.
Linfedema y sujetador de hierro
Además, la extirpación de los ganglios linfáticos, un componente crucial del tratamiento del cáncer de mama, puede provocar linfedema, una afección caracterizada por la hinchazón debida a la acumulación de líquido linfático. Esta hinchazón no sólo contribuye al malestar físico, sino que puede aumentar la sensación de opresión en el pecho y las zonas circundantes. Si sospecha que puede padecer linfedema, hable con su médico inmediatamente, ya que existen estrategias que pueden ayudarle a controlar esta afección.
Desgraciadamente, muchas mujeres también refieren dolor crónico asociado a la recuperación de la mastectomía relacionado con daños en los nervios sensoriales. Esto también puede controlarse y aliviarse con la atención médica adecuada. Así que no dudes en plantear tus dudas a tu médico.
La sensación del sujetador de hierro difiere entre las mujeres
La sensación de "sujetador de hierro" puede persistir durante semanas, meses y a veces incluso años después de la intervención. La duración de la sensación de "sujetador de hierro" varía de una mujer a otra: algunas experimentan alivio en cuestión de semanas, mientras que otras pueden soportarlo durante meses o incluso años. Factores como la extensión de la extirpación de tejido y ganglios linfáticos, los procesos de cicatrización individuales y los problemas de salud subyacentes influyen en los plazos de recuperación. Sin embargo, independientemente de la duración, es esencial tratar y controlar esta tirantez para restablecer la comodidad y promover el bienestar general.
He utilizado algunas estrategias para controlar la tirantez que sentía. No estoy segura de que desaparezca por completo, pero he adoptado la mentalidad de "úsalo o piérdelo". He descubierto que manteniendo mi rutina de ejercicios, haciendo ejercicios de amplitud de movimiento con regularidad además de mi rutina de pesas e incorporando el yoga y el movimiento somático a mi programa de ejercicios he podido recuperar gran parte de mi amplitud de movimiento.
También suelo darme masajes corporales. Mi terapeuta me masajea el pecho y las cicatrices para mantener la circulación y romper las adherencias. No sólo me sienta de maravilla, sino que ayuda a recuperar la flexibilidad de la zona afectada. Utiliza movimientos circulares suaves en la zona operada para aflojar la tensión y reducir las molestias con el tiempo.
Después de la radioterapia, el lado izquierdo, donde había aparecido el cáncer, se me tensó considerablemente. Así que empecé un tratamiento de fisioterapia con una terapeuta especializada en la recuperación de mastectomías. Me proporcionó varios ejercicios específicos y técnicas manuales, como rotaciones del torso, estiramientos y subidas a la pared, con el fin de mejorar y recuperar la amplitud de movimiento, fortalecer los músculos circundantes y favorecer la cicatrización de los tejidos. Estas intervenciones especializadas fueron increíblemente eficaces.
Por último, los ejercicios de bajo impacto, como caminar o nadar, también pueden ayudar a favorecer la circulación, aliviar tensiones, mejorar la amplitud de movimiento y aumentar el bienestar físico general.
En última instancia, el tiempo es un factor crucial en la resolución de la sensación de "sujetador de hierro". A medida que el cuerpo se adapta gradualmente a su nueva normalidad y se recupera del trauma quirúrgico, muchas mujeres notan que la tirantez disminuye con el tiempo. ¿Desaparece o simplemente nos adaptamos y aprendemos a vivir con ello? Probablemente un poco de ambas cosas. Sin embargo, la paciencia, el autocuidado y las estrategias terapéuticas te ayudarán a superarlo.