El masaje puede ser una terapia complementaria estupenda para quienes están pasando por un cáncer de mama, ya que ayuda a aliviar el estrés, combatir la fatiga e incluso aliviar el dolor. Yo tengo una cita fija con mi masajista y los masajes regulares me resultaron increíblemente útiles durante el diagnóstico y el tratamiento del cáncer de mama. Dicho esto, consulta siempre con tu equipo médico en primer lugar, sobre todo si estás recibiendo quimioterapia. La quimioterapia puede afectar al recuento de glóbulos rojos y blancos, y los masajes -en particular, los masajes intensos de tejidos profundos- pueden provocar hematomas y gravar el sistema de las personas que están recibiendo tratamiento y se encuentran debilitadas por él.
Masaje antiestrés
Las primeras semanas tras el diagnóstico son increíblemente estresantes. Sufrí ataques de pánico por primera vez en mi vida. Durante esta época de ansiedad, recurrí a masajes suecos suaves y relajantes para calmar mi sistema nervioso. El masaje ayuda a aumentar la secreción de endorfinas, dopamina y serotonina, lo que reduce los niveles de hormonas del estrés, como el cortisol, la epinefrina y la norepinefrina. Esto, a su vez, puede reducir los efectos de la ansiedad, la fatiga, el estrés y la tensión física y mental. El masaje sueco, que utiliza suaves caricias, ha demostrado su eficacia para reducir el dolor muscular y el estrés, y su seguridad. Además, es muy eficaz para aumentar la función respiratoria, reducir el edema causado por la obstrucción de los vasos linfáticos y ayudar a mejorar los tejidos blandos dañados del cuerpo.
La experiencia de un masaje suave también puede ser un bálsamo para el alma, ya que permite descansar la mente y el cuerpo, un breve respiro del dolor y los traumas emocionales o, si eres hablador como yo, hablar de las emociones y experiencias con el terapeuta.
Esto está respaldado por pruebas clínicas. Un estudio de 2005 que examinó los efectos de un masaje sueco regular en 58 mujeres diagnosticadas de cáncer de mama en fase inicial descubrió que las sometidas a terapia experimentaban una reducción significativa del dolor y la ira.
Masaje para la prevención de la neuropatía periférica
Este es más complicado, pero personalmente estoy convencida de que la incorporación de masajes suaves antes de cada una de mis infusiones de quimioterapia ayudó a prevenir la aparición de neuropatía inducida por la quimioterapia. La neuropatía periférica es un efecto secundario común para aquellos de nosotros que recibimos quimioterapia basada en taxeno (la mayoría lo hace). Puede provocar hormigueo en manos y pies y, en casos más extremos, entumecimiento y pérdida de sensibilidad en las extremidades, y los efectos secundarios pueden persistir durante años o ser permanentes. Me preocupaba la neuropatía periférica, tanto como escritora cuya
manos corren a diario por el teclado y como alguien que incorpora el ejercicio físico, incluido el trabajo de fuerza, a su rutina diaria.
Como parte de la investigación sobre mi diagnóstico, descubríestudios científicos que apuntaban al uso eficaz del masaje para prevenir la aparición de la neuropatía periférica. Con el permiso de mi médico, concerté un masaje suave unos días antes de la fecha de la infusión. También llevé manoplas y escarpines de hielo en la sala de quimioterapia durante la administración del fármaco Taxene y me mantuve activa durante todo el tratamiento caminando, haciendo pilates y pesas en los días buenos.
Sé que la experiencia que comparto aquí es puramente anecdótica, pero puedo informar felizmente de que no experimenté ni el más leve cosquilleo y permanecí completamente libre de este efecto secundario, y por ello, estoy increíblemente agradecida.
Masaje linfático
La extirpación de los ganglios linfáticos es una práctica habitual en la cirugía del cáncer de mama. Si el diagnóstico por imagen no muestra indicios de afectación de los ganglios linfáticos, el cirujano suele extirpar unos pocos ganglios linfáticos, denominados ganglios centinela, que serán analizados por patología en busca de metástasis. En los casos de afectación ganglionar más extensa, el cirujano realizará una extirpación más amplia de los ganglios linfáticos.
La extirpación de cualquier ganglio linfático aumenta el riesgo de desarrollar linfedema, una afección que puede aparecer en cualquier momento, incluso meses o años después de la intervención.
También en este caso es beneficioso el ejercicio, que ayuda a mejorar el drenaje linfático. También lo es mantener una buena dieta y el peso corporal.
El masaje de drenaje linfático, que implica la manipulación suave de zonas específicas del cuerpo para ayudar a que la linfa se desplace a una zona con vasos linfáticos en funcionamiento, puede ayudar a aliviar la hinchazón que pueda producirse como resultado del linfedema y puede ayudar a controlar y gestionar la enfermedad. Una vez más, consulte con su equipo médico antes de emprender cualquier forma de tratamiento y trabaje siempre con un masajista capacitado y bien versado en esta forma de tratamiento.
Masaje de tejido profundo
Me sometí a una mastectomía doble y opté por un cierre plano estético sin reconstrucción del montículo mamario. Como tal, tengo cicatrices en ambos lados que van desde el esternón hasta las axilas. También me sometí a radiación en el lado izquierdo para evitar la reaparición del cáncer. Cuando una tiene cicatrices tan grandes y extensas como las mías, se forma tejido cicatricial. La radiación tensa y endurece aún más las zonas de tejido afectadas. Poco después de la radiación, experimenté un acortamiento de mi amplitud de movimiento en el lado izquierdo, así que visité a un terapeuta ocupacional para que me hiciera algunas manipulaciones y me pusiera en un régimen de estiramientos que me ayudara a recuperar toda mi amplitud de movimiento y a mantenerla con el tiempo. En mis masajes corporales suecos habituales, mi terapeuta no tiene ningún problema en masajearme el pecho para mantener el tejido cicatricial en movimiento y ágil para evitar que se formen adherencias (nota: siempre les aviso para que no se sorprendan cuando me doy la vuelta y no hay nada en el pecho). Hace poco me dieron un masaje profundo de 45 minutos en el que el terapeuta subió la intensidad, masajeando profundamente el tejido cicatricial y estirando el brazo para ampliar la amplitud de movimiento. Relajante no sería el término que utilizaría para describir un masaje que a veces resultaba incómodo. Dicho esto, es vital que el tejido cicatricial se mantenga flexible, por lo que seguiremos trabajando juntos para mantenerlo.