La montaña rusa de emociones que sigue a un diagnóstico de cáncer es abrumadora. Pasé las cuatro primeras semanas tras enterarme de que tenía cáncer tirada en el suelo, paralizada por la ansiedad. Con el tiempo, me puse a pensar: ¿y si una forma de atención conversacional, que incorporara la experiencia vivida por un compañero, pudiera mejorar la experiencia del paciente? En aquel tumultuoso ...